Comprender y conocer la relación entre nuestro sistema nervioso y nuestro estado psicológico es donde encontramos las 3 claves para el tratamiento de la ansiedad. Esta es la propuesta que nos hace Deb Dana en su libro «Teoría polivagal en la terapia»,  experta terapeuta y  compañera del Dr. Porges, desarrollador de la Teoría Polivagal  que yo aplico como base de mi trabajo terapéutico para que las personas  podamos tener herramientas y recursos que nos sirvan para que la ansiedad y el estrés no limite nuestras vidas ni nuestras relaciones.

Imaginemos el sistema nervioso autónomo como una escalera y exploremos: ¿cómo cambian nuestras experiencias, la ansiedad o el estrés a medida de que subimos y bajamos por la escalera?

 

ansiedad y estres sintomas

La parte superior de la escalera   

¿Cómo debe de ser sentirse seguro y arropado? Brazos fuertes pero cariñosos. Acurrucado, unido a los demás por el llanto y la risa. Libre de compartir, para quedarse, para marcharse…  bienestar
La seguridad y la conexión están guiadas por la parte del sistema nervioso autónomo. Nuestro sistema de compromiso social está activo en la vía vagal ventral de la rama parasimpática.
En este estado:
– nuestro ritmo cardíaco está regulado
– nuestra respiración es plena
– nos fijamos en las caras de nuestros amigos y podemos sintonizar con conversaciones y desconectar los ruidos que nos distraen.

Vemos “la imagen completa” y nos conectamos al mundo y a las personas que lo habitan.
Yo  podría sentirme o describirme como:
– feliz, activa y con interés.
Y al mundo como:
– seguro, divertido y tranquilo.
Desde este lugar vagal ventral en la parte superior de la escalera autónoma estoy conectada a mis experiencias y puedo llegar a los demás.
Algunas de las experiencias cotidianas de este estado:
– ser organizada.
– seguir los planes.
– cuidarme a mí misma.
– sacar tiempo para jugar.
– hacer cosas con los demás.
– sentirme productiva en el trabajo
– tener sensación general de regulación y de gestión.
Algunos de sus beneficios para la salud: son un corazón sano, una presión arterial regulada, un sistema inmunológico saludable que disminuye mi vulnerabilidad a las enfermedades, una buena digestión, un sueño de calidad y una sensación general de bienestar.

Bajar por la escalera

El miedo me susurra y noto el poder de su mensaje. Muévete, haz algo, escapa. No se puede confiar en nadie. No hay lugar seguro… luchar o escapar
La rama simpática del sistema nervioso autónomo se activa cuando sentimos un atisbo de inquietud, cuando algo desencadena una neurocepción de peligro. Entramos en acción. Aquí es donde se da la respuesta de lucha o huida.
En este estado:
– nuestro ritmo cardíaco se acelera
– nuestra respiración es entrecortada y superficial
– escaneamos nuestro entorno en busca de peligro: estamos “en movimiento”.
Yo podría sentirme o describirme como:
– ansiosa o enfadada
– sentir oleada de adrenalina que no me deja estar quieta.
– Estoy atenta a los sonidos de peligro, pero no escucho las voces amigas.
El mundo puede parecer:
– peligroso, caótico, hostil.

Desde este lugar de movilización simpática – un peldaño más abajo en la escalera autónoma y un paso atrás en la línea temporal evolutiva- puedo pensar: “El mundo es un lugar peligroso y necesito protegerme del daño”.
Algunos problemas cotidianos pueden ser:
– ansiedad.
– ataques de pánico.
– Ira.
– incapacidad para concentrarse o seguir adelante.
– angustia en las relaciones.

Entre las consecuencias para la salud tenemos: enfermedades cardiacas, presión sanguínea alta, colesterol alto, problemas de insomnio, aumento de peso, deterioro de la memoria, migrañas, tensión crónica en el cuello, los hombros y la espalda, problemas estomacales y mayor vulnerabilidad a las enfermedades.

La parte inferior de la escalera

Estoy lejos, en un lugar oscuro y prohibido. No hago ningún ruido. Soy pequeño y silencioso y apenas respiro. Estoy solo donde nadie me encontrará jamás… bloqueo

Nuestra vía de respuesta más antigua, la vagal dorsal de la rama parasimpática, es el último recurso. Cuando todo lo demás falla, cuando estamos atrapados y la acción no funciona, el “vago primitivo” nos conduce al cierre, al colapso a la congelación y a la disociación. Aquí en la parte baja de la escalera autónoma, estoy sola con mi desesperación y escapo hacia la inconsciencia, hacia la insensibilidad, casi como una sensación de no existir.
Yo podría sentirme o describirme como:
– desesperanzada
– abandonada.
– confusa.
– demasiado cansada para pensar o actuar.
El mundo podría parecer:
– vacío, muerto y oscuro.

Desde este primer punto en la línea temporal evolutiva, donde mi mente y mi cuerpo han pasado al modo conservación, puedo pensar: “Estoy perdida y nadie me va a encontrar”.
Algunos de los problemas en la vida diaria pueden ser:
– la disociación (como estar desconectado del mundo)
– la dificultad para recordar
– la depresión
– el aislamiento
– la falta d energía para las tareas cotidianas.

Algunas de las consecuencias para la salud de este estado pueden ser: la fatiga crónica, la fibromialgia, problemas estomacales, presión arterial baja, diabetes tipo 2 y aumento de peso.

Resumen

Libro T. Polivagal en terapiaNuestro lugar preferido está en la parte superior de la escalera: “ahora que la lluvia se ha ido veo con claridad. Veo los obstáculos en mi camino. Las nubes oscuras que me cegaban se han marchado”. El estado vagal ventral es esperanzador e ingenioso. Podemos vivir amar y reírnos solos y con los demás. No se trata de un lugar donde todo es maravilloso o donde no hay problemas, sino de un sitio en el que tenemos la capacidad de reconocer la angustia y explorar opciones, de buscar apoyo y de desarrollar respuesta organizadas.
Bajamos por la escalera hacia la acción cuando nos activa una sensación de inquietud, de peligro inminente, de incertidumbre. Esperamos que entrar en acción aquí nos permita tener espacio suficiente para coger aire y volver a subir la escalera hasta llegar al lugar de seguridad y conexión.
Cuando caemos en los peldaños del fondo es cuando nos parece que la seguridad y la esperanza de la parte superior de la escalera son inalcanzables.

El contenido de este articulo y sus imagenes son un extracto del libro de Den Dana «La teoría polivagal en terapia». De la Editorial Eleftheria

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. ACEPTAR

Aviso de cookies