Con la Teoría polivagal del Dr. Porges y la técnica TRE (C) del Dr. David Berceli, entramos en una nueva relación «sanitario-paciente». Una relación de colaboración y comunicación. Ampliando paradigmas.

La relación “profesional sanitario-paciente”, se convierte en medicina.

Beneficios:  mayor eficacia de los tratamientos,reducción de las estancias hospitalarias, disminución de agresiones, mayor salud y seguridad laboral, etc.

En nuestro trabajo con la salud el núcleo es una relación, la relación SANITARIO-PACIENTE: El poder transformador de sentirse seguro en compañía de otro ser humano.

Más de un profesional sanitario, muchas veces nos preguntamos “… si esta persona quiere ayuda o necesita tratamiento para curarse ¿por qué me trata así? ¿por qué “no colabora”? ¿por qué no mejora? ¿qué está ocurriendo?.

La respuesta olvidada por la psicología y la psiquiatría, “ni lucho ni huyo sino todo lo contrario”

Partamos  de que la respuesta al estrés contemplada en todos los manuales de medicina era la de lucha – huida. El sistema nervioso autónomo era contemplado como un sistema de pares antagónico SIMPÁTICO-PARASIMPÁTICO.

formacion sanitariaLa teoría polivagal investiga una tercera respuesta “la congelación o inmovilización”. El sistema defensivo vagal se ha extirpado literalmente de la literatura sobre el sistema nervioso autónomo.
La inclusión de un sistema defensivo vagal pone en entredicho el modelo sencillo de equilibrio autónomo entre simpático (lucha-huida) y parasimpático (salud y recuperación) y nos obliga a reconceptualizar las reacciones del sistema nervioso autónomo como producto de 3 respuestas en orden jerárquico:

1º) El vago ventral: Filogenéticamente más reciente. Exclusivo de los mamíferos y se origina en una estructura del tronco encefálico vinculada a los músculos faciales y craneales. En este estado somos capaces de comprender cuando alguien sonríe, cuando está triste, cuando tiene miedo, y nuestro tono de voz tiene rasgos prosódicos. Este estado está relacionado con la concentración, con oír, con escuchar y comprender. Funcionalmente el nervio vago mielínico nos relaja, procesa eficazmente nuestras necesidades cardiovasculares y metabólicas e inhibe activamente estados de alerta asociados al sistema nervioso simpático. Emite señales de seguridad para uno mismo y para el exterior. formacion sanitaria

– 2º) El sistema nervioso simpático: respuesta de movilización (lucha- huida). Al activarse como sistema defensivo, inhibe funcionalmente el nervio vago primitivo, interrumpe la digestión y desvía para la movilización recursos energéticos del apoyo visceral.
La respuesta de “luchar” a menudo parece en un paciente enojado o reticente.
La respuesta de “huir” a menudo parece una aceptación sumisa sin llegar hasta el final.
Los pacientes también experimentan estados de alarma en situaciones que no ponen en peligro su vida. Debido a la experiencia personal de cada uno.
Síntomas simpáticos defensivos, sequedad de boca, sudoración y falta de aliento.
Los profesionales sanitarios, también estamos expuestos a constantes “amenazas” (denuncias, agresiones, muerte de pacientes, horarios interminables, turnos, etc.).

– 3º) El vago dorsal: filogenéticamente más antiguo (herencia reptil). Nervio vago amielínico, originado en el tronco encefálico. Respuesta de inmovilización. (Puede ser defensiva o en beneficio de la salud).
Síntomas vagales dorsales al activarse como sistema defensivo, inhibe la respiración, disminuye la frecuencia cardiaca y puede propiciar la defecación refleja, náuseas, desmayos, mareos.
En contextos seguros, este sistema ayuda a los órganos sub-diafragmáticos a favorecer la salud, el crecimiento y la recuperación. En los contextos clínicos y hospitalarios este es el estado deseable: Inmovilización sin defensa (defensa autónoma e inconsciente). Las inmovilizaciones en el contexto sanitario u hospitalario son constantes: pruebas, intervenciones quirúrgicas, goteros, convalecencias en cama, la misma hospitalización etc…)

¿Cómo ayudar a los pacientes a colaborar con su salud desde nuestro vago ventral?

Nuestros pacientes dependen de la respuesta a la necesidad de interactuar. Necesitan ser atendidos. Y no sólo nuestros pacientes, al evolucionar, la supervivencia de los mamíferos dependía de la respuesta a la interacción con otro para la obtención de comida, recibir cuidados y otros comportamientos sociales relacionados con la seguridad.
El nuevo nervio vago mamífero tenía la capacidad de desactivar los sistemas defensivos. Ahora bien, para equilibrar las necesidades de interacción social con las de seguridad, hay que saber cuándo desactivar las defensas y cuando activarlas.
¿Cuándo desactivar las defensas?
¿Cuándo ESTAMOS A SALVO EN MANOS DE OTRO?

formacion sanitaria
A parte de que los contextos hospitalarios y clínicos son de por si grandes manantiales de señales de peligro (ruidos, iluminación, instrumental, enfermedad, heridos, evaluaciones…) y además son muchos los pacientes que en general les cuesta desactivar los sistemas defensivos: no se les puede abrazar, no se sienten seguros con el contacto, sufren trastornos del sueño, rechazan el tratamiento, sufren trastornos intestinales, etc.

Todos estos síntomas son característicos del sistema nervioso autónomo que sólo se dan cuando nuestro sistema vagal mielínico más reciente no nos hace sentir a salvo por medio de la regulación correspondiente de los componentes simpáticos y amielínicos vagales del sistema nervioso autónomo.
Comprender la perspectiva polivagal por los profesionales y por los pacientes facilita el desactivar los estados defensivos y resistentes.
Porges, afirma lo que muchos terapeutas corporales practicamos y es que la experiencia corporal es primordial para los humanos porque para su supervivencia es fundamental la interacción con otros. La seguridad es una experiencia corporal interpretada por el pensamiento.
El entrenamiento de los profesionales que trabajamos en la salud cada vez cobra más relevancia el aprendizaje que incluye la propia experiencia corporal y sensorio-motriz, para modificar no solo las creencias y pensamientos, sino desde la experiencia empírica que estudia la teoría polivagal de que el sistema nervioso del profesional es el que dialoga con el sistema nervioso del paciente.
En la relación con los pacientes existe un compromiso a un nivel profundo que dice “no te dejaré sufrir” “estoy contigo” “soy seguro”. La profundidad de ese compromiso que parte del sistema del profesional envía una poderosa señal al paciente de que el profesional sanitario está dedicado a apoyar el bien estar del paciente.
Estas señales de seguridad las envía el estado vagal ventral del profesional.

¿Y cómo nos entrenamos los profesionales en nuestro estado vagal ventral?

Desde nuestro propio estado vagal ventral podemos facilitar el estado vagal ventral de calma, seguridad y colaboración de nuestros pacientes.
El Dr. Porges, menciona técnicas y disciplinas que facilitan el estado vagal ventral. El los llama “ejercicios neurales”. El yoga, la meditación, el mindfulness, el juego, la música, en general actividades que incluyan movimiento, vibración, formacion sanitariainteracción favorecen el estado vagal ven
Mi propuesta, es entrenarnos en la relación con nuestros pacientes, mediante la utilización del TRE © (stres, tension &trauma release exercises). El Dr. David Berceli, desarrolló el TRE © como técnica corporal de regulación del sistema nervioso. En su origen está desarrollada como técnica de auto-ayuda y autorregulación. Su base es neuromuscular, ayuda a liberar tensión y a trabajar con las sensaciones corporales. Sus fundamentos teóricos son la Tª. Polivagal y La neurobiología del trauma.
Con el TRE © podemos recorrer nuestro sistema nervioso, descubrir nuestros patrones de respuesta autónoma, cuando y como se inician y entrenarnos en nuestro propio estado vagal ventral.
Es un entrenamiento sensorio-motriz que nos descubre como recorremos nuestros circuitos. Podemos entrar y salir de los distintos estados ( vagal dorsal, vagal ventral y simpático) sin quedarnos más tiempo de lo necesario en ninguno. Todos tenemos nuestro propio y personal mapa autónomo.
Cada paciente como cada profesional, tenemos una forma personal y particular de comprender el mundo. La historia personal de nuestros pacientes es suya y no nos pertenece, aunque influye en como establece la relación con nosotros. Y desde ese “como se relaciona con nosotros” y la biología que tenemos en común, podemos establecer con nuestros pacientes esas relaciones de seguridad y colaboración que facilitan y nutren la aplicación de tratamientos y protocolos clínicos, en beneficio de la salud del paciente y de los profesionales.

Belén Yago formación sanitaria

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